
La huella de carbono es un indicador ambiental que pretende reflejar la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto.
El transporte, la comida, las compras, todo genera una huella de carbono que hoy es medible e incluso existen certificaciones en productos alimenticios donde se comunica cual es el impacto, la huella ambiental que ha dejado la producción de tal producto.
Hace ya tiempo el mundo viene volcándose a crear consciencia acerca de la sustentabilidad de sus prácticas agrícolas e industriales. El auge de la agricultura orgánica, agroecológica y biodinámica dan cuenta de ello.
Este nuevo paradigma en que “el suelo es visto como un organismo vivo”, al igual que una planta o un animal, el suelo respira, se alimenta y se reproduce, así como también se puede enfermar y hasta morir, hizo posible la reflexión acerca del “ser y estar en el mundo”.
Crear consciencia de la alimentación que elegimos llevar, los hábitos de consumo y desechos, todo contribuye desde lo más pequeño a crear impacto y reducir la huella ambiental.
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